Jugar en igualdad de condiciones. Este es el objetivo de un grupo de ajedrecistas con discapacidad física que están promoviendo en la FIDE y la FEDA una propuesta 'revolucionaria' que les permitiría competir en los campeonatos presenciales provistos de dispositivos electrónicos.
El espíritu de la iniciativa no es beneficiarse del poder computacional que ofrece un cerebro de silicio, lo que les haría imbatibles en el arlequinado terreno de juego, si no poder mover las piezas por sí mismos sin el uso de personas que ejecuten los movimientos que le dictan a sus "asistentes".
Una medida indispensable para poder competir en los torneos activos y relámpagos, ritmos de juegos en los que la velocidad en la ejecución de los movimientos de las piezas es un factor muy determinante. Carlos López, empresario, responsable de prensa de Ciudadanos en
Huelva y con un ELO FIDE de 2071 explica que, al igual que muchos compañeros que sufren una discapacidad física severa, mover las piezas con soltura para competir de tú a tú con sus rivales en los ritmos de juego rápido es una quimera.
Por ello pretende que se le autorice a participar físicamente utilizando dos tablet que, comunicadas por internet y con el uso de sendos periféricos como el ratón, le permita disputar sus partidas con los rivales que le toque en suerte. Las partidas podrían jugarse en plataformas como lichess o chess con todas las garantías de seguridad que ofrecen sendos programas.
Además, tanto el arbitro como el público podrían ver insitu el desarrollo de la partida, comprobando así que no hay posibilidad de hacer trampas u obtener una ventaja competitiva. Con este objetivo, el pentacampeón onubense ha dirigido su petición a Sabrina de San Vicente, responsable de la Chairman Qualification Commission que podría aprobar el proyecto.
Mes y medio más tarde de aquella petición aun no se conoce un pronunciamiento al respecto. La Federación Andaluza de Ajedrez, por el contrario, ha decidido inhibirse señalando que no puede regularizar ni autorizar la propuesta, sino que ha de ser la FIDE quien dé este histórico paso. La inclusión total de estos ajedrecistas depende de ello en el único deporte-ciencia en el que personas de distintas generaciones pueden competir que igualdad de condiciones.
Es el caso de Unai Calleja, campeón de España de Ajedrez Inclusivo, quien por sus circunstancias físicas no puede ni tan siquiera mover las piezas, por lo que se ve privado de disputar los torneos activos, a pesar de tener 2025 de ELO y experimentar en el último año una progresión meteórica, mostrando una fuerza de juego cercana al de un Maestro FIDE.
A pesar de ello, en los torneos juega con el handicap de tener que contar con alguien que ejecute sus movimientos sobre el tablero, lo que a efectos prácticos le lastra para competir cuando los apuros de tiempo se ciernen sobre su reloj. Si pudiera ejecutar sus jugadas sobre un ordenador o una tablet este desequilibrio se rompería. Como bien explica Calleja, "esta es la única oportunidad de disfrutar del ajedrez y competir en igualdad de condiciones y oportunidades".
Para Noemí Martínez, arbitro internacional de ajedrez, campeona de España de Ajedrez Inclusivo y responsable de la Comisión de Ajedrez de Personas con Discapacidad de la FEDA, el principal escollo para materializar la petición es la suspicacia que generan los dispositivos electrónicos y quizás "la dificultad económica de contar con tableros híbridos para que las personas que requieran jugar en el tablero 'clásico' puedan hacerlo".
El otro handicap es el inmovilismo y la burocracia en una institución en la que el desarrollo de la informáticaha sido siempre percibido como doping tecnológico, no como una herramienta inclusiva. Con independencia de ello, Martínez entiende que la introducción de la tecnología con fines inclusivos permitirían que un mayor número de personas con una discapacidad física severa se sumen a la práctica de un deporte como el ajedrez donde el intelecto es la verdadero motor matriz.
Por último, la arbitro internacional considera que uno de los principal escollos para ‘legislar’ en este campo y llevar a buen puerto propuestas de esta índole es la posibilidad de contar con un censo personas con discapacidad funcional. "En España no hay más de cinco personas mientras que países como Turquía tienen a más de un centenar de inscritos. En este caso, la falta de comunicación entre las federaciones autonómicas es un lastre y cada una hace su batalla en solitario".